sábado, enero 29, 2005

Juancho y el cambio

Pero que poca madre, se lamentaba el Juancho sentado en el rincón de una cantina recostado sobre la mesa y en medio de un grupo de vasos vacíos de pulque.
“ Me cae que qué poca madre”, decía entre sorbo de pulque y limpieza de baba.
Después de más de una hora de estar diciendo lo mismo, se le acerca intrigado el “maguey”, apodo con el que se conocía al pulque tender de la pulquería que llevababa como nombre “ Los Pinoles Pal Pueblo” .
Que le pasa?, pregunto el maguey. Le sirvo otro “vamos México” para que olvide sus penas? Ya sabe que esa es la especialidad de la casa.
No me estés jodiendo, respondió, entre eructo y eructo el Juancho, lo único que quiero es mi cambio.
¡Ah cabrón!, brinco el maguey. Pos como quieres que te de cambio si todavía no pagas todo lo que te haz chingado?
Al oír esto al Juancho se le inyectaron los ojos, de un manotazo tiro todos los vasos, como pudo, por la peda que traía, se puso de pie, saco su machete y cuando intento irse en contra del maguey, este reacciono y lo detuvo.
¡Cálmate Juancho, pos que trais! A ver tú, gritó el maguey a uno de los meseros, tráeme un pedazo de pan pa dárselo a este guey a ver si se le baja la peda.
Cuando el Juancho escucho que le iban a dar un pedazo de pan, se encabronó y empezó a tirar chingadazos por todos lados y a gritar: - “yo no me he chingado nada y no quiero esa mierda de pan. Lo único que quiero es mi cambio, cabrones”.
Como pudieron lo sujetaron entre cuatro y lo sentaron en una silla.
A ver Juancho, cálmate, le dijo el maguey, o te voy a tener que dar unos chingadazos. De que pinche cambio hablas, cabrón?
Con la mirada perdida y balbuceando el Juncho respondió: - tas pendejo o que? El cambio que me prometió el “Chente” hace casi tres años. El muy cabrón todavía no me lo cumple. O que ya se te olvido la peda que nos pusimos aquí en “Los Pinoles Pal Pueblo” cuando te platique del cambio?
No. Pos si me acuerdo, respondió el maguey. Si estábamos rete contentos, pos según esto te iba a ir mejor. Por fin te habían quitado a esos pinches gueyes que solo te robaban y ellos eran los ganones. Pos como no me voy a acordar. ¿Y, entonces que pasó?, cuéntame.
Antes de que el Juancho contara lo que había pasado, el maguey pidió que les sirvieran dos curados de los llamados “La jefa”, cuyo principal ingrediente son los huevos. ¡Un buen curado de huevos!.
Pos mire mi maguey, comenzó el Juancho, no esta usté pa saberlo, ni yo pa contarlo pero ai le va.
Se acuerda que como albañil pos ai la iba yo llevando, no?. Con todo y que los hijos de la chingada se robaban costales de cemento, varilla y cuanta cosa nos llegaba pa construir. Pero no había purrun, pos yo también me chingaba de vez en cuando alguna que otra cosita. Pos como todos, no? Tenía mi trabajito y de vez en cuando me echaba uno que otro palomazo por ai. Pos como todos, no? Verdá guena que si me quejaba porque me daba harta muina que esos cabrones se chingaran más de lo que dejaban.
Pero ahora, verdá guena que ya ni la chingan. Ahora ni cemento tenemos. Varilla, ni hablar de ella, pos no la conocen. Stan tan pendejos que creen que sin varilla podemos construir.
No mas vea que pendejos son mi maguey, como va a creer que podamos construir sin varillas. Pos se necesita ser pendejo, o que no?
Y como según ellos son muy chingones, pos inventaron que mejor les construyéramos cabañas. Si serán pendejos, no? Pero ai ta la chingadera maguey. Ora en lugar de albañil soy talamontes. Y no viera la friega que es, pos todos los días ai que chingarle en el monte y es una chinga pa que caiga un puto árbol, de repente...madres, los judiciales, el ejercito, elicóteros tirando bala por todos lados y a correrle pa´ donde puedas, si es que no te truena una bala antes.
Ya van dos veces que me meten en chirrona y verda de Dios que está cabrón. Pos yo que culpa tengo. Quieren cabañas, pos se necesita madera, o que no, mi maguey? Y si corto madera, pos me rompen la madre. Por eso quiero el cambio. Quiero regresar a ser albañil. Ai no había pedo.
El maguey se le quedó viendo, levantó su vaso de pulque y le dijo al Juancho: - “ pos si está cabrón. Ahora no le queda di otra que decir salú. Chinguese a la jefa hasta el fondo y espero que no le haga mal pos esta hecha con guevos”
Salud, dijo el Junancho. Y limpiándose la baba del último trago de la jefa solo alcanzo a decir con voz de pedo: - “yo lo único que quiero es...el cambio.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

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3:07 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

Soy vampi, akkagi

Más que güeno que está el post, amigo mío. Y que distinto que sería el mundo, si hubiera millones de juanchos... pero quien sabe?... quizá con esto de los blog, que ofrecen "cancha" a los que de juancho vamos, quizá algún día se consiga que nos tengan que dar el cambio "de una puñetera vez y pá siempre"...
Un abrazo y dile al juancho que aunque por estas tierras no hay pulquerias, el próximo "cubata" me lo "jinco" a su salú...

12:53 p.m.  

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